¿BRICOLAJE, PROFESIÓN O PASATIEMPO?
Muchos lo consideran un hobby, una pasión contagiosa y extendida en la que todos, jóvenes y mayores, tarde o temprano prueban suerte, pero también hay quienes lo consideran un trabajo y, de hecho, por definición, lo es. El bricolaje, tal y como lo describe el diccionario, es un trabajo manual, un arte noble y milenario, un verdadero oficio.
Tradicionalmente, la realización de trabajos manuales sencillos y la reutilización de restos de distintos tipos de materiales, obedecía a la necesidad de ahorrar dinero y explotar un objeto hasta consumirlo por completo.
En su significado original, de hecho, el bricolaje se entendía como la creación de algo nuevo a partir de restos y materiales recuperados e incluía sectores tan diversos como el diseño, el arte y la escultura pero, con el paso de los años, esta práctica ha adquirido un significado diferente y, hoy en día, se considera más un pasatiempo, elegido por la satisfacción personal de hacer o arreglar algo con las propias manos.
Obviamente, el enfoque de este arte también ha cambiado. En su día, la artesanía era una herencia familiar, hoy, en cambio, cualquier persona puede acercarse a este ‘hobby’ a través de tutoriales o videoclases que, paso a paso, aconsejan, explican y desvelan los trucos.
Porque el bricolaje abarca un mundo de aplicaciones que cada uno de nosotros puede llevar a cabo de forma independiente y sin ser necesariamente un experto en la materia.
En nuestra vida cotidiana, hoy en día hay muchas aplicaciones del «DIY», como las reparaciones sencillas, las decoraciones con creaciones «caseras», los pequeños trabajos de decoración y los espacios vitales, y todo lo que se puede conseguir con un poco de esfuerzo e imaginación.
Como cualquier arte aplicado, por supuesto, se necesitan las llamadas herramientas del oficio. Muchas pueden reciclarse o reutilizarse, pero otras tantas deben comprarse nuevas, como las piezas pequeñas de plástico, imprescindibles para innumerables creaciones y/o reparaciones.
Los pequeños elementos de fijación, como tornillos, tuercas, fijaciones, pernos y muchos más… son versátiles, baratos, funcionales y fáciles de aplicar, por lo que se encuentran entre los elementos más utilizados en este campo y en otros.
Los elementos de fijación de plástico, como las tapas de los tornillos, las tapas de las tuercas y los tapones, las virolas y los pies, suelen ser soluciones excelentes y prácticas para quienes desean dar una nueva cara a su casa o jardín, sin la intervención de profesionales.