EL IMPRESCINDIBLE USO DEL PLÁSTICO EN EL ÁMBITO COSMÉTICO
«La cosmética es probablemente tan antigua como la humanidad.»
Sí, la búsqueda de productos que pudiesen preservar el cuerpo y aumentar su atractivo tiene raíces antiguas.
El término «cosmética» tiene origen griego y deriva de «kósmos«, es decir, “orden” y, a su vez, deriva del término «kósmesis», es decir, “poner en orden”. Cada época ha visto florecer un aspecto particular de esta ciencia que literalmente «pone en orden» el aspecto del ser humano.
La primera prueba arqueológica del uso de cosméticos parece remontarse al Antiguo Egipto, pero hay pruebas diseminadas en todo el mundo que demuestran que tanto hombres como mujeres estaban comprometidos en la creación y el uso de productos que pudieran modificar su apariencia física, en un intento por preservar la juventud y la belleza.
A lo largo de los siglos, la cosmética ha asumido roles y facetas según las necesidades de cada época, logrando grandes avances y convirtiéndose, en la actualidad, en una verdadera industria y uno de los sectores más prósperos e innovadores.
El siglo XX, conocido en general por sus grandes avances técnicos y científicos, fue también, para este ámbito, un siglo innovador especialmente en lo que se refiere al packaging y el marketing de la cosmética. Indiscutible promotora de esta evolución exponencial es sin duda el plástico. Ligero, resistente, versátil y económico, estas características lo han convertido en un aliado perfecto para las empresas productoras de productos cosméticos y no solo para ellas.
Frascos, tubos y tarros, son sin duda algunos de los primeros artículos en los que
pensamos cuando hablamos de plástico en el mundo de la cosmética, pero existen otros artículos, siempre realizados en material plástico, que trabajan «tras bastidores» pero que tienen un papel igualmente importante. Hablamos por ejemplo de los tapones utilizados por los tatuadores para contener pequeñas cantidades de tinta con el fin de evitar desperdicios; también se utilizan en los tarros de las cremas para bloquear la salida del producto, o para preservar el aroma de los ambientadores… múltiples pueden ser los usos y las dimensiones disponibles.
Los que trabajamos en nuestro sector sabemos muy bien que, además de todo lo que está estrictamente relacionado con el producto cosmético, existe un mundo de artículos de plástico utilizados para todo lo que está relacionado con él. Hablamos de tornillos para encuadernación de muestras de colores de esmaltes o tintes para cabello, tornillos y/o sujetadores para el montaje de expositores de productos, bridas para el cierre de bolsas o clips para cajas/paquetes de regalo… y muchas otras soluciones.
Hemos mencionado muchos elementos que, a primera vista, no podemos considerar como primarios para la industria cosmética, pero que están presentes de manera significativa en la cadena de suministro, y debido a sus peculiaridades, el plástico a menudo resulta ser la primera opción.